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El alcalde Bloomberg debió suspender la competencia prevista para el próximo domingo por los daños causados por la tormenta "Sandy" y luego de que recibiera duras críticas de los medios.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]El maratón, que iba a correrse el domingo, fue suspendido el viernes por el alcalde Michael Bloomberg luego de las críticas que recibiera por intentar llevarlo a cabo a pesar de los destrozos causados por la "supertormenta" Sandy. La competencia, que se corrió ininterrumpidamente desde 1970, incluso después de los atentados del 11-S, fue suspendida, por lo que se especula con que podría llegar a correrse antes de fin de año.
Los periódicos de la ciudad, sobre todo los populares, consideraron que los recursos (generadores, policía) destinados a la prueba podrían destinarse mejor a atender la difícil situación de los cientos de miles de neoyorquinos sin electricidad y otros servicios en el creciente frío que afecta a la zona.
El Maratón de Nueva York, la prueba de largo aliento más famosa del mundo, tenía previsto recorrer los cinco barrios de la ciudad tras comenzar en Staten Island, gravemente azotado por la tormenta y en el que se ha producido buena parte de la cuarentena de víctimas mortales que ha sufrido la Gran Manzana.
"Abuso de poder", tituló el tabloide New York Post para referirse a los tres generadores de 800 kilovatios cada uno que se usarían para dar energía a la carpa de la prensa en el maratón, que podrían ofrecer electricidad a un total de 400 viviendas. Añadía que también se desviarían para los preparativos del maratón una docena de camiones de la policía que se usan para ayudar a los habitantes de las zonas más devastadas por Sandy, como Queens y Staten Island.
El New York Times recalcó que los organizadores y patrocinadores de la prueba iban a donar unos 2,6 millones de dólares para los afectados, pero remarcó la importante controversia generada y mencionó la oposición de vecinos y miembros de los servicios de emergencia.
Bloomberg y otros responsables municipales argumentaban que la celebración de la prueba supondría una inyección de moral y de dinero a la golpeada ciudad, un símbolo de la vuelta a la normalidad en esta urbe de más de ocho millones de habitantes.
Los organizadores esperaban como mínimo un 15% menos de corredores, unos 40.000, ya que muchos de quienes viajaban desde el exterior temían sufrir problemas para llegar y encontrar alojamiento.
Otros, sobre todo en la zona de Nueva York, planteban cuestiones éticas: ¿es correcto correr un maratón al lado de tanta gente en apuros y necesitada? "Nueva York sigue siendo un desastre", recordó un columnista en el Wall Street Journal, quien se preguntó si "esta carrera sirvía realmente a los intereses de una ciudad dañada".
Otra columnista de la publicación de internet The Daily Beast, dueña de la revista Newsweek, acusaba a Bloomberg de dar prioridad a la clase blanca acomodada en lugar de "las necesidades básicas" de los trabajadores de la ciudad, cuyos barrios fueron los más afectados por el huracán.
El New York Daily News destacaba las declaraciones del concejal James Oddo, líder de la oposición republicana en el ayuntamiento, quien consideró "idiota" retirar a los agentes de policía de las zonas más afectadas para que den seguridad a las zonas recorridas por la prueba.
Cerca de medio millón de abonados neoyorquinos siguían este viernes sin electricidad, pero para el domingo la mayoría habrá recuperado el servicio, según confía la empresa Con Edison.
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