Sosa habla del prejuicio de ser hombre de Sabella, de los interminables viajes para venir a jugar desde Kharkiv, de sus ganas de trascender y de su gran sueño.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Sobre una de las mesas del salón comedor de La Base, el centro de entrenamiento del Metalist en las afueras de Kharkiv, descansa un plan de viaje en formato fax que muy pronto irá a parar al cesto de la basura. Aunque lleve el membrete de la AFA... José Sosa respira aliviado más allá de esa pequeña molestia que arrastra en su empeine. Oleksandr Yaroslavsy, presidente del club y mecenas de la segunda ciudad de Ucrania, acaba de levantar su pulgar y aprobar por 18.000 euros el chárter que acercará este lunes al ex Estudiantes al aeropuerto romano de Fiuminicino. Desde ahí, desde Italia, todo será fácil y “normal” para el Principito que en estas viejas tierras soviéticas es tratado como un Zar. Un notición para el fetiche de Alejandro Sabella que más recorrido tiene sobre los cielos en cada convocatoria de Eliminatoria. “Tengo la suerte de que me estén dando una mano importante en el club. Entre las horas de vuelo, las escalas y lo que gasto en el free shop, llegaba fundido a la Selección, je”, bromea el volante santafesino en diálogo con Olé , aún con resabios de una deuda pendiente en su mochila futbolera que pretende sacarse de acá a dos años. Sí o sí. Un objetivo tatuado en el cuerpo para quien ya se perdiera por insólita lesión (fractura de una muñeca en la práctica) un campeonato Sub 20 en 2005 con Messi a su lado, el Mundial de Clubes con Estudiantes (por mala onda de FIFA) y la Copa del Mundo de Sudáfrica. Digan lo que digan. Llegue desde Ucrania o de la Luna...
-En buena parte de La Plata sos Dios pero en el resto del Universo te ponen la lupa cada vez que sale la lista...
-Si estás en grandes clubes, donde la prensa llega fácil, la gente tiene más conocimiento de las cosas. Sin menospreciar a Estudiantes, la mayor popularidad del fútbol argentino está en Buenos Aires. Cuando debuté, antes de la vuelta de Verón, éramos un equipo más y eso no ayudó. En Boca o en River, con diez partidos, sos otra cosa. A mí ni me conocían.
-¿Y hoy se te subestima?
-Ves la lista, los nombres, y recordás de dónde saliste. Me enorgullezco. Si me toca estar por algo es. La Selección indica el día a día.
-¿Será que Estudiantes a la estructura de Los Cinco Grandes equivale a la liga ucraniana respecto a Italia, España, Inglaterra...?
-El futbolista pocas veces sabe dónde va estar y pocos pueden elegir el lugar. Yo estoy contento acá, jugamos Europa League... Igual siempre estás en la pelea.
-¿Y acá a qué se juega?
- Nosotros tenemos un equipo con muchos sudamericanos y eso nos lleva a ser diferentes. Salvo tres o cuatro clubes, todos te proponen fuerza y el fútbol no es lindo. En Europa, después, se empareja. Y ahí volvemos al tema de la trascendencia: estuvimos a un gol de eliminar al Sporting Lisboa y meternos en la semi pero el interés se lo llevaba más el Bilbao de Bielsa.
-Pero... Fuiste campeón en Argentina, en Bayern Munich, pasaste por Napoli, sos capitán en Metalist, jugador de Selección... Con lo competitivo que es el argento, ¿cómo es jugar siempre por el segundo puesto?
-Es una de las cosas que argentinos y brasileños tratamos de transmitirle al resto. Es muy difícil bajar al Shakhtar Donetsk. Pero no bajo los brazos. Uno estando en la Selección no puede dar ventajas: debe estar al 100% y un poquito más también.
-Pero... ¿Cómo es cruzarte el mapamundi sabiendo que a lo mejor no jugás? Con Paraguay y Perú... Al banco.
-Uno siempre espera el llamado y siempre quiere jugar. Quizás un poco de bronca te queda por no poder entrar ni un minuto. Encima, por el viaje, los chicos me cargan: “¿Llegaste hoy? Pensé que venías mañana...”. A veces soy el primero en salir y el último en aparecer por Ezeiza...
-En la Mayor, debutaste con Pekerman frente a México en Los Angeles en 2005...
-Y después tuve a Basile, Batista también me llevó a Beijing 2008 donde fuimos Oro, a Maradona, ahora a Sabella. Alejandro me conoce mucho de Estudiantes.
-No sólo sos Pachorrista. Pasaste por muchos...
-Cierto. Pero por no venir de un club valorizado... No tuve la trascendencia en la Selección que otros consiguieron. Por eso muchos no saben que estoy en Selección desde hace siete años. Y encima hora estoy en Ucrania. Pero fui convocado por mi presente y por haber sido parte de ciclos anteriores.
-Con Sabella igual jugaste 10 de tus 17 partidos...
-Sí, su llegada me hizo bien. Hoy tengo otro rol. Estuve en partidos di ficiles donde se consiguieron puntos importantes. Eso no me hace titular, eh. Y quedó claro. Acá hay grandes jugadores que juegan en grandes clubes, otros que son muy populares, y así y todo no están. Pero a mí me toca. Quisiera que la gente valore mi esfuerzo, que no diga de antemano “¿de dónde viene este?”. Ojo, ya pasó con Messi: siendo el mejor del mundo y jugando en Barcelona, aún se discutía lo que hacía en la Selección. ¡¿Mirá si no me iban a dar a mí? Y en 2010, en un gran momento en el Estudiantes de Sabella, estuve en la preselección para Sudáfrica pero... En fin. Sentí que merecía la chance.
-Un Mundial en vos parece cuestión de “ahora o nunca”...
-Cuando empezás a tener noción de lo que implica este deporte, sabés que lo más importante es un Mundial. Vivirlo desde adentro sería el premio a ser futbolista. Me quedaría grabado por siempre.
-Como tus tatuajes...
-Tengo uno grande que me cubre el brazo y cinco o seis más. Ahora quiero otro.
-Podría decir...
-Si juego el Mundial me tatúo “Brasil 2014”. Je, Ya me voy eligiendo un lugar por sí me toca.
-Y jugarías con Messi...
-En 2005, me iba a tocar la 10 y me lesioné. Se la quedó Patricio Pérez pero fue el Mundial de la Pulga. Me quedó la espina de ser parte del equipo donde empezó a demostrar con la Celeste y Blanca. Al menos había llegado a tener el privilegio de ser más valorado que él, je.
-¿Con él es afano?
-Que se sorprenda la gente con las cosas que hace, vaya y pase. Pero que nos sorprendamos los compañeros... Es cómico. ¡Estamos día a día con él! A Leo lo tomamos como ejemplo. Si él intenta mejorarse, todos debemos hacerlo. Sabemos qué hará pero no podemos evitarlo. Por suerte a mi me toca jugar en una posición donde no lo enfrento. Pero para un defensor debe ser humillante, je. Elige siempre el momento justo y a una velocidad terrible. Creo que Messi subestima al tiempo...